NL: Samuel García, metido entre las patas de los caballos… Fox se lo advirtió

Ignacio Alvarado Álvarez

Nadie tomó en cuenta las declaraciones del joven senador de Movimiento Ciudadano en el comienzo de las campañas electorales por la gubernatura de Nuevo León, en marzo de 2021. Samuel García, de 33 años, no sólo se hallaba en ese momento al fondo en las preferencias ciudadanas, sino que traía consigo una serie de escándalos mediáticos debido a sus frivolidades, en un momento en el que el país seguía sumergido en el drama de muertes por COVID. “Soy el único incorruptible, mi vida es transparente, yo no oculto a mi familia, no oculto a mi esposa, no andamos protegiendo a padrinos, jefes o patrones. Soy el único que no le debe nada a nadie”, dijo como quien predica en la plaza. En esa breve proclama, sin embargo, se hallaba concentrada la dosis de animadversión con parte del establishment regional que no ha dejado momentos de quietud, y que estos días encarnizó.

Desde su arribo al poder estatal, García ha operado con un congreso dominado por el PRI y el PAN, con una fiscalía que llegó a desafiarlo en su primera crisis por la desaparición y asesinato de jóvenes mujeres, mostrándolo como un mandatario improvisado y sin autoridad, y gradualmente ha ido desgastando por igual su relación con otras instancias y actores principales dentro del concierto de poderes que controlan la potestad de los capitales. Sea por insolencia o petulancia, dinamitó la ruta de la negociación política y así arrancó y ha sostenido su mandato. Desde el encarcelamiento de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, hasta el veto de Adrián de la Garza Santos para convertirse en fiscal, García suscitó un alto número de agravios que ahora lo atenazan.

Hasta el momento de escribir estas líneas, Samuel García se hallaba en el limbo jurídico. El Congreso, que le es adverso, tiene la facultad constitucional para decidir si mantiene o revoca la licencia que solicitó para ausentarse del cargo hasta el 2 de junio, día de las presidenciales a las cuales ya renunció. La Suprema Corte de Justicia de la Nación respalda a su vez el nombramiento de Luis Enrique Orozco como gobernador interino, pero ninguna de las ordenanzas ni respaldos emanados de ambas instancias permiten la gobernabilidad. El gabinete pleno ha hecho un vacío al exvicefiscal nombrado por el Legislativo.

“A ese PRI de Alito y PAN de Marko (Moreno y Cortés, los dirigentes de ambos partidos), que creen haber ganado, quiero decirles que al contrario: en 2024 tengan por seguro que los vamos a borrar de Nuevo León, no van a ganar un solo diputado”, les ha dicho el sábado García a los artífices de lo que él mismo identifica como un acto de venganza política. La respuesta de los legisladores de ambos partidos le dieron respuesta inmediata: “A diferencia de lo que el gobernador piensa, que se puede legislar o trabajar a través de las redes sociales o de mensajes engañosos, nosotros necesitamos tener la certeza jurídica de lo que se recibe, de lo que se plantee y ponerlo a disposición de los diputados”.

Existen dos apremios por encima de cualquiera que hicieron recular a García en su propósito de mantenerse en la campaña presidencial. O bien puede uno, nada más. De mantenerse como interino, Luis Enrique Orozco incluiría al instante a De la Garza en la terna por la Fiscalía, lo que en los hechos sería el retorno del exalcalde de Monterrey y exaspirante al gobierno a la titularidad del Ministerio Público. Con ello la suerte de Samuel estaría echada, aun si volviera a sentarse en la silla del ejecutivo.

En marzo de 2022, cuando presumió el encarcelamiento del Bronco, Fox le tuiteó una advertencia: “Aguas, chamaco, estás muy joven para meterte entre las patas de los caballos”. Vicente nunca fue más zorro.

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