Desaforada | Otro sexenio sin sistema de cuidado… pero nacionalizó el litio  

Elizabeth Albarrán

¿Quién no tiene un familiar, seguramente mujer, que se dedica al cuidado de algún otro familiar que está enfermo sin recibir algún tipo de remuneración?

Desafortunadamente, se ha normalizado dejar la responsabilidad a algún miembro de la familia (usualmente una mujer) que se haga cargo del cuidado no sólo físico y emocional de una persona que por su edad o por alguna enfermedad, no puede valerse por sí mismo.

El cuidado de un familiar, limpiar la casa, trabajo voluntario y la administración de un hogar son actividades que no son remuneradas en el país y que si lo fueran representarían 27% del PIB.

Dichas actividades recaen más en las mujeres que en los hombres, según la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México 2021 del INEGI. Solo en el tema de cuidados y apoyos, 75.1% son mujeres y 24.9% son hombres; mientras en la limpieza y mantenimiento de la vivienda, 69.6% son mujeres y 30.4% son hombres.

En México, las mujeres aportaron a su hogar, en promedio 71,524 pesos por su trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados. Esta situación refleja las desventajas que enfrentan las mujeres económicamente y el impedimento que tienen para desarrollarse en lo profesional y personal.

Durante este sexenio, desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se planteó crear un Sistema Nacional de Cuidado, pero nunca se logró aterrizar al 100 por ciento porque no es fácil responder ¿de dónde se sacarán los recursos? ¿A quiénes beneficiará? ¿Y cómo realmente llegará a quiénes sí lo necesiten?

Yo quiero pensar que estas mismas preguntas se hicieron cada año cuando se destinaron recursos a la refinería de Dos Bocas, al AIFA y al Tren Maya.

El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, dijo que este sistema de cuidados tendría un costo al erario de 1.4 por ciento del PIB, y que si bien pareciera que es poco, es una cantidad que se necesitaría anualmente y el problema es precisamente el limitante de los recursos presupuestales. Insisto, seguro se pensó lo mismo en los proyectos insignia.

Planteó una similitud al sistema de pensiones bajo el esquema de cuentas individuales, el cual se financia de las aportaciones tanto del trabajador, empresa y gobierno. El problema es que sólo consideraría a las personas que trabajan en la formalidad laboral, es decir, menos del 50% de la Población Económicamente Activa (PEA).

Es claro que no hay recursos suficientes y menos cuando hay tanta concentración en proyectos insignia que han costado más de lo que se pensó como es la refinería Olmeca Dos Bocas o el Tren Maya, y que la rentabilidad del AIFA quizá llegue en 2024.

Un análisis del CIEP sobre el Paquete Económico 2024 muestra que para 2023 el espacio fiscal para hacer políticas públicas era de 2% del PIB, pero para este 2024 se reducirá a 0.9% del PIB, precisamente por la presión que generan gastos ineludibles como las pensiones, aportaciones a los estados y el costo financiero de la deuda.

Entonces, el Sistema Nacional de Cuidados se quedó en buenas intenciones, pero como dice aquel comercial de la televisión abierta, “pero se nacionalizó el litio”. Habrá una refinería, tenemos un aeropuerto nuevo y también habrá un tren.

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