Bárbara Lennie: «Lo más antisistema ahora mismo tiene que ver con estar sobria y no tener redes sociales»

Junto a Irene Escolar, Itsaso Arana, Itziar Manero, y Helena Ezquerro protagoniza ‘Las chicas están bien’, un canto a la amistad y al compañerismo

Itsaso Arana, Bárbara Lennie e Irene Escolar EP

Al terminar ‘Las chicas están bien‘, su directora, Itsaso Arana, escribe en los agradecimientos: «A las actrices, por haberme compartido sus historias de vida y su talento». En realidad, no le hubiera hecho falta escribirlo porque toda la película es un homenaje a las cuatro compañeras que se abren para contar en una ficción retazos de su vida real -o no, quién sabe- tan personales como propios. Porque las cuatro protagonistas comparten nombre con las actrices que les prestan voz y rostro: Bárbara (Lennie), Irene (Escolar), Itziar (Manero) y Helena (Ezquerro). La quinta en pantalla es la propia Itsaso, que en la ficción que ensayan dentro de la película es también la directora.

Porque todo es un leve juego de espejos y reflejos. Por hacerlo tan sencillo como la película: ‘Las chicas están bien’ recoge una semana de ensayos de cuatro actrices y una directora en una casa rural. En esos ensayos, o mejor, en los ratos libres de esas pruebas, las conversaciones sobre el amor, la vida, la muerte y el arte cogen el vuelo de lo trascendental gracias a la gasolina de los textos que preparan.

«Tú le entregas algo a un director o a una directora y rápidamente ya piensan que tienen la potestad total para hacer con eso lo que quieran, y eso nos ha ocurrido a todas -señala con pesar Bárbara Lennie-. Y de repente en esta película fue todo lo contrario. Y eso, además de que se agradece mucho, te da mucha tranquilidad». Y replica Irene Escolar, a la que durante un momento de la entrevista coge la mano con el cariño de una hermana: «Sí, aparte había algo como que si entras en el juego de esta película, entras, y si no, mejor no la hagas», remata su compañera, con la que por primera vez ha coincidido en la gran pantalla.

Porque en la película se respira el mismo ambiente que durante la entrevista, en la que también comparecen Itziar Manero e Itsaso Arana, que debuta como directora bajo el paraguas de la productora Los ilusos, el proyecto de Jonás Trueba y compañía donde Arana ya escribió ‘La virgen de agosto’ y protagonizó ‘Tenéis que venir a verla’ y ‘La reconquista’.

«Al final hay muchos discursos sobre feminismo, sobre la sexualidad, ¿no? -lanza Irene Escolar- Y también cierto aprovecharse de eso. Muchas veces yo lo veo incluso en ruedas de prensa de proyectos en los que estás y eres consciente que eso no ha ocurrido en el set. Qué gusto da poder decir que eso realmente ha pasado y que estas cinco mujeres nos hemos apoyado y nunca hemos tenido un roce…».

Quizá el verdadero juego entre la ficción y la realidad de ‘Las chicas están bien’ no es tanto el descubrir cuál de los pasajes que cuentan sus intérpretes les pasó en realidad, sino que lo que se ve en la pantalla -esa fragilidad, esa luz veraniega, esa amistad entre lo naif y lo profunda, esas conversaciones llenas de referencias y preocupaciones pequeñoburgesas del que tiene la nevera llena- ocurría de verdad. «Fue muy mágico», recuerda Lennie, que en el rodaje estaba embarazada. «En la película hay una sensación de facilidad y de verano y de placer. Pero para llegar a esa facilidad y a ese placer hay que tener mucho trabajo previo», sentencia la directora, que se define como una enamorada de sus compañeras.

Y en esa verdad que prometen del rodaje, en esa «sororidad», ‘Las chicas están bien’ aparece en la cartelera como la cara realista frente al feminismo fabricado y empaquetado desde las colinas de Hollywood para ‘Barbie’. «Evidentemente, la sociedad va hacia un mundo muy individualizado, donde nos falta mucho la conexión con la otra, con el otro. Eso es algo que hay que preservar, como si fuera un animal precioso», desgrana Itsaso. «Para creerte parte de un movimiento hace falta tener mucha confianza en el ser humano en general, mucha tolerancia. El mundo no va por ahí, claramente. El mundo en realidad siempre quiere novedad, usar y tirar, y más en nuestro trabajo», apuntala. Y responde rauda Lennie, con su sonrisa perenne: «El otro día hablábamos de que lo más revolucionario o lo más antisistema ahora mismo tiene que ver con estar sobria y no tener redes sociales. El mundo te lleva a estar un poquito adormecida para ir soportando esa cosa del ‘yo’ por encima de casi todo. Aunque tu ‘yo’ sea una caca tienes que venderlo y para eso, tienes que maquillarlo». Justo al revés que lo que promulga ‘Las chicas están bien’.

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