‘La legión española 1920-1927: La creación de una unidad colonia’

«Lo que surgió como «ensayo», y fracasó en sus fines iniciales —sumar extranjeros al esfuerzo bélico—, se consolidó durante la guerra de Marruecos, tanto en el terreno operativo por su eficacia militar, como en su imagen, que perdura en la actualidad»

Las dos primeras décadas del siglo XX español estuvieron presididas por la lenta y convulsa agonía de un sistema político -la Restauración con su epílogo dictatorial primorriverista- basado en un sistema electoral controlado por conservadores y liberales que, si en lo político excluía a cualquier otra fuerza, en lo social cerraba filas frente a las cada vez más intensas reivindicaciones de las clases obrera y campesina, en tanto que, quebrantada la Nación por el reciente desastre del 98, buscaba resarcirse de la pérdida de los últimos vestigios del antiguo imperio, reivindicando su presencia en el norte de África, donde ingleses, franceses e italianos, defendían sus correspondientes intereses.

Consecuencia de dicha política, España se vio enfrentada a la guerra de Marruecos, que se constituiría en elemento clave para entender el derrumbe final del sistema restauracionista, la dictadura del general Primo de Rivera y, finalmente, el advenimiento de la II República.

Resulta evidente que el país no estaba en condiciones de embarcarse en una nueva guerra, aún no recuperado de la crisis del 98. Y, sobre todo que dicha guerra contribuiría a soliviantar más los ánimos de aquellos sectores de la sociedad que, por su precaria situación económica, carecían de capacidad para acudir a la «redención» o a la «sustitución», instrumentos legales mediante los cuales podían, las clases acomodadas, librar a sus hijos del servicio militar. Este factor, uno más de la deficiente situación del ejército español, se tradujo en incidentes como el del Barranco del Lobo, una de cuyas secuelas sería la Semana Trágica de Barcelona.

En este contexto de la guerra de Marruecos se sitúa el estudio sobre ‘La Legión española: 1920-1927. La creación de una unidad colonial’. De la mano de su autor, el general de división Miguel Ballenilla y García de Gamarra, doctor en Historia, actualmente Director de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas (ESFAS) y profesionalmente muy ligado a La Legión, podemos conocer con todo detalle el proceso que culminaría con la aparición del inicialmente denominado Tercio de Extranjeros.

Es cierto que sobre La Legión existe una bibliografía relativamente abundante, pero historiográficamente el tema, especialmente su proceso fundacional, no ha sido tratado con profundidad. Mayoritariamente como en su día apuntó el profesor Cardona, su conocimiento se encontraba condicionado por «interpretaciones partidistas, hagiográficas unas, peyorativas otras», sin que, salvando las obras de carácter global como las de J.L. Rodríguez Jiménez y L. E. Togores Sánchez, se utilizaran las fuentes documentales con la exhaustividad y el rigor empleados por el autor. Ello hace que este libro venga a cubrir una laguna historiográfica que ni siquiera las publicaciones surgidas a raíz de la conmemoración del centenario de la Legión (1920) o del desastre de Annual (1921) habían resuelto.

De su mano podemos examinar los motivos de la intervención española en el norte del Magreb y los sucesivos proyectos que persiguen la creación de un ejército colonial formado por voluntarios, que evite el empleo de soldados de recluta forzosa. Un análisis de la forma en que se organiza y desarrolla el reclutamiento, el origen y las vicisitudes de los legionarios, así como de los oficiales. Y, finalmente, un apasionante estudio de los factores que favorecieron la popularidad que alcanzaron la Legión y sus jefes hasta la conformación del «mito legionario».

La investigación desarrollada aporta nuevos y muy interesantes datos que, además de permitirnos conocer el complejo proceso que culminó con la fundación de la Legión, pone de manifiesto la penosa situación del recluta forzoso; la precariedad y los problemas internos del ejército español en esta época que desembocarían en la formación de las Juntas de Defensa; la resistencia civil a un sistema de reclutamiento absolutamente injusto por la aplicación de la redención y sustitución primero, y de las cuotas a partir de 1912, fórmulas cuya consecuencia era que fueran los hijos de los sectores más desfavorecidos de la sociedad quienes tenían que acudir a filas; y sin duda, a un conocimiento ajustado a la realidad de la figura de Millán Astray, no solo por su protagonismo en la organización orgánica del nuevo Cuerpo, sino también por la habilidad de que como comunicador hizo gala, utilizando todos los recursos a su alcance de una forma imaginativa, contribuyendo en gran medida a la creación del «mito legionario».

Curiosamente, la Legión tal y como se proyectó inicialmente -señala Ballenilla- fracasó en la recluta de extranjeros, pese a que la desmovilización derivada de la terminación de la I Guerra Mundial favorecía su éxito pero, bien por el miedo al bolchevismo que dificultaba el acceso de voluntarios del Este y Centro de Europa, bien por los conflictos diplomáticos que suscitaba la recluta en otros países, esto solo ocurrió muy parcialmente (un 20% en los mejores momentos). De este modo, fueron voluntarios españoles quienes la nutrieron mayoritariamente.

Al no depender de la orgánica aplicada al resto del Ejército, la Legión pudo organizarse con una libertad que permitió su adaptación al tipo de combate que se desarrollaba en Marruecos, a la vez que disponer de un armamento más adecuado: ametralladoras, mortero o fusil ametrallador.

Modernidad, adaptación y voluntariedad de sus soldados convirtieron a la Legión en una fuerza de máxima eficacia y rendimiento.

Ficha:

‘La Legión española 1920-1927: La creación de una unidad colonial’

Autor: BALLENILLA Y GARCÍA DE GAMARRA, Miguel

Editorial: Universidad de Granada

Año de edición: 2023

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