Analizan la vigencia de Los recuerdos del porvenir a 60 años de su publicación

Sobre estas líneas, retrato de la escritora; abajo, con su hija Helena Paz (izquierda). Ambas imágenes fueron captadas por Rogelio Cuéllar en 1991.

La abolición del tiempo, la paradoja hablante de la memoria de un pueblo en el México de la posrevolución, la repetición del pasado y los días petrificados resuenan desde hace 60 años en las páginas de Los recuerdos del porvenir, la novela de Elena Garro considerada obra fundamental de la literatura hispanoamericana.

Olivia Vázquez-Medina, profesora en la Universidad Oxford, señaló que este libro nos sigue hablado ahora, seis décadas después de su publicación, y se siente más actual que otras del boom latinoamericano en términos de políticas de género. Pero hay otra forma en que el relato es sorprendentemente actual y tiene que ver con no poner al humano como centro del universo, sino que presta atención a los vínculos con la naturaleza.

“¿Qué es el porvenir’?”, pregunta el pueblo de Ixtepec, en los dramáticos episodios de una comunidad ocupada por el general Francisco Rosas en los años 20 del siglo pasado, en “el espejismo ineficaz de la violencia, y la crueldad se ejercía con furor sobre las mujeres, los perros callejeros y los indios”. El narrador fue una innovación de Garro, una voz desencarnada y no humana, pues es el pueblo mismo, las casas, sus campos y rocas, las plantas y animales; también la memoria, los sentimientos y deseos colectivos.

En 1963, año de su publicación, la novela debut fue reconocida con el Premio Xavier Villaurrutia. Antes que Juan Rulfo o Gabriel García Márquez innovó al crear un mundo con elementos de una lógica imposible que empuja contra la realidad, además de que une el mundo material con la magia, culturas específicas y procesos históricos.

Vázquez-Medina participó en una conferencia con motivo del 60 aniversario de la publicación de Los recuerdos del porvenir por la editorial Joaquín Mortiz. La charla, organizada por el Centro de Estudios Mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, con sede en el Reino Unido, se transmitió en redes sociales.

La especialista indicó que si bien concierne a un periodo histórico de México, también es un relato cautivador, por la trama, los personajes, las situaciones, y es único por la forma en que fue escrito. La novela está llena de suspenso y lirismo; también destaca la atmósfera que emerge de la novela, con un maravilloso estilo poético, enigmático y misterioso.

Mayra González, directora de Alfaguara México, declaró en entrevista que se está poniendo esta novela en su justa dimensión, en momentos de actualidad, donde las temáticas siguen vigentes y ponen el acento en muchos temas que vivimos diariamente.

“A lo mejor en su momento hablaba de un pueblo en la época posrevolucionaria, pero creo que ahora nos habla de otros temas muy vigentes, como es de las mujeres. Al pensar en los personajes femeninos, Isabel, Inés y Julia, ya desde las décadas pasadas en las que fueron concebidas por la autora, si bien todavía están sometidas, se veía el gran camino que hemos recorrido; eran mujeres fuertes.”

Alfaguara publicó en 2019 una nueva edición de la novela que “marcó el luminoso arranque en la trayectoria de Elena Garro”, acompañada por textos de escritoras latinoamericanas que comparten su visión sobre la obra. Ellas son la argentina Gabriela Cabezón Cámara, la chilena Isabel Mellado, la española Lara Moreno, la colombiana Carolina Sanín y la mexicana Guadalupe Nettel. La intención fue recuperar la obra fundamental de la literatura del siglo XIX, con una portada atractiva para los jóvenes, y ensayos al final del libro.

El compromiso de la editorial, en palabras de González Olvera, es de todo el tiempo sacar alguna publicación y tenerla siempre presente, sobre todo para los nuevos lectores. Contratar los derechos impulsa la mirada y el corazón para tenerla como un “ícono de nuestra literatura”, como Los recuerdos del porvenir, obra que merecía una edición comentada, asegura.

La idea era recuperar la obra –que ya tiene ocho reimpresiones– desde el punto de vista de la novedad, que la vieran en librerías con una portada preciosa, y que, al encontrarse con ella, decidieran ver qué pasa con este libro. Del mismo modo, que los lectores que ya la conocieran se dieran la oportunidad de regresar a Ixtepec. El resultado: “Hemos tenido mucha mejor recepción y fortuna de lo que pensábamos”.

Al final de la novela surge un encuentro con una especie de conversación posterior, con las cinco autoras contemporáneas que dan una visita actual a la obra y que, por otro lado, la llevan a la vivencia de sus propios países.

Por ejemplo, Nettel señala que “la historia de la literatura no ha dado a la obra de Elena Garro el reconocimiento que corresponde. Su brillo seguirá emergiendo paulatinamente, y no dudo en afirmar que a la mitad de este siglo estará ya a la cabeza de ese canon literario que estamos reconstruyendo”.

En su turno, Gabriela Cabezón opinó que “lo que hace Garro es excepcional, es representar eso que no estaba representado aún, la experiencia del tiempo en este subcontinente en el que la Conquista no se acaba nunca. Y lo logra de modo tal que no podemos soltar la novela hasta terminarla. Y cuando termina, la soltamos con pena”.

Desde la editorial Alfaguara “hay una constante celebración”, por ejemplo con el lanzamiento reciente de novelas breves que habían estado diseminadas y ahora se reúnen en un solo volumen y que conversan con el prólogo de Jazmina Barrera.

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