«Diseño slow»: La nueva tendencia en Milán

Estas firmas buscan producir a su ritmo y sin prisas, con un estilo elegante y sobrio, además de respetuoso del medio ambiente.

En las antípodas de la fabricación industrial, el imperturbable Atsuya Nakamura cosió a mano, con gestos serenos y precisos, la funda de cuero que cubre el soporte de una mesa auxiliar, ignorando el frenesí de los visitantes de la feria.

Nakamura es uno de los veinte artesanos que trabajan en la fábrica de la firma Ritzwell, situada al borde del mar, cerca de Fukuoka, en el suroeste de Japón.

Dice que están en ósmosis con la naturaleza, para que ese sentimiento quede en los productos que realizan.

«No se trata de una producción en masa, el acabado de todos nuestros muebles es artesanal, el diseño y la comodidad son muy importantes», explica Wataru Yano, director de marketing de Ritzwell.

La naturaleza y la sostenibilidad son también el lema del grupo finlandés Nikari, productor de muebles de diseño en madera.

Su taller está ubicado en los terrenos de la fábrica más antigua del país, fundada en 1837 en el pueblo de Fiskars al oeste de Helsinki, y está alimentada al 100 por ciento con energía hidráulica gracias a un río cercano.

«Queremos bajar la presión arterial de nuestros clientes y crear un hogar confortable donde reine la armonía y la calma», explicó con una gran sonrisa la directora general, Johanna Vuorio.

El concepto ha sido aplicado al pie de la letra por el diseñador independiente Francesco Meda, quien colabora con varias marcas, entre ellas Alias y Acerbis, con sede en el norte de Italia.

«En lugar de presentar como en la moda cada año 20 o 30 nuevas colecciones y lanzar tantos objetos en el mercado mundial, es mejor fabricar menos, pero hermosos y duraderos», dice orgulloso.

Francesco Meda reinventa «objetos icónicos creados por grandes maestros que han marcado la historia del diseño» y les da «un toque contemporáneo».

Fibras como el fique, originario de los Andes, plátano, seda de morera o lana de alpaca, se combinan con hilos de cobre y acero inoxidable.

Son justamente los secretos de esa fabricación los que suscitan el mayor interés de los clientes.

«Los consumidores tienen ahora más conciencia y constantemente preguntan si nuestro trabajo es sostenible y lo verifican», apunta Vera.

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