Lo que sufrió Checo para llegar a ser el mejor de la historia, así lo cuenta Antonio Garibay

El padre de Checo aseguró que si su hijo hubiera llegado hace 10 años a Red Bull tendría 4 títulos mundiales

El padre de Checo Pérez contó como Slim apoyara al piloto mexicano / Foto: Martín Montiel / ESTO

La imagen dio la vuelta al mundo. A unos metros del podio, Antonio Pérez Garibay celebra efusivamente el segundo lugar de su hijo “Checo” en el GP de Gran Bretaña. A su lado derecho está el padre de Lewis Hamilton. Don Antonio le da un beso cómplice en la mejilla. Apenas a unos centímetros, el actor Tom Cruise observa divertido la escena. La secuencia retrata la intensidad con la que el padre del mejor piloto mexicano de la historia vive las carreras de su hijo.

“Gracias a Dios no voy a morir ni del corazón ni del azúcar, porque cada carrera así me tiene”, bromea don Antonio, en entrevista.

Pocas personas conocen más los alcances de Sergio Pérez que su padre, la persona que lo vio competir con su hermano Toño, cuando apenas era un niño, que lo acompañó cuando las carencias eran una constante y había que dormir en el carro en las autopistas de los Estados Unidos y comer cuando se pudiera. El piloto mexicano vive su año de consolidación en el gran circo, en la pelea por el segundo lugar del campeonato de la Fórmula 1.

“Nunca en su historia Red Bull había tenido un equipo tan sólido, con dos pilotos tan fuertes, y hoy los mejores años de Checo han sido con ellos. Si Checo hubiera tenido este equipo desde hace 10 años tendría hasta cuatro campeonatos del mundo, pero los tiempos de Dios son perfectos.

Checo estaba fuera de la Fórmula Uno, Red Bull lo rescató, y si tiene que estar en segundo lugar que se mantenga, pero le ha ido muy bien, lo que el doctor (Helmut) Marko (asesor de la escudería) diga no pasa nada. Lo mejor de Checo Pérez no lo hemos visto y está por venir”, se aventura don Antonio.

En sus más de 10 años en la Fórmula Uno, el tapatío ha tenido que picar piedra en escuderías como Sauber, McLaren, Force India, Racing Point, hasta llegar al equipo austriaco.

“Triunfar en Red Bull es algo histórico, pero lo mejor de Checo es haber triunfado en Racing Point, haber ganado su primer carrera en un equipo pequeño que nunca había ganado una”.

En el seno de la familia Pérez, las críticas son inherentes al éxito de Sergio. Desde que comenzó en el automovilismo ha sido constantemente cuestionado sin justificación. “Checo ha vivido eso desde los 10 años, por eso formó ese carácter y por eso veo muy difícil que otro mexicano llegue a entender ese mundo, pero lo más importante, que otro mexicano tenga esa hambre, cuando Checo se fue a los 15 años a Europa, con 300 dólares, a vivir a un restaurante. No hay necesidad de que pasen esa hambre, pero el hambre te hace triunfar. Checo tiene hoy esa misma hambre que cuando tenía 12 años y corría karts”.

Más allá de su probado éxito, Checo ha sido víctima de un triste fenómeno que afecta a los deportistas mexicanos que triunfan en el extranjero. “En México nos falta algo que es muy relevante, la unidad. No hay que voltear a ver lo que los medios internacionales dicen de Checo, deberíamos de preocuparnos por lo que se dice en México.

En México es la máxima figura, pero desafortunadamente, cuando hablan de Checo, primero hablan de Hamilton o Verstappen, en España o Inglaterra aman a sus pilotos. ¿Te imaginas lo que sería Checo Pérez si fuera europeo?. Es algo que duele y que nos etiqueta, ser mexicanos, pero sé que México es el mejor país del mundo y que Checo es el mejor piloto del mundo y que será campeón”.

“Triunfo en Mónaco marcó al automovilismo mexicano”

Las grandes carreras de Checo se acumulan en la memoria, una tras otra. Desde sus tiempos de juvenil, cuando corría en las categorías inferiores del gran circo, ha dejado imágenes para el recuerdo. Antonio Pérez Garibay recuerda una, en específico, la de Mónaco, un triunfó que no solo marcó al piloto, sino a al automovilismo del país.

“El triunfo de Mónaco marcó el futuro del automovilismo mexicano. Ganar Mónaco es la joya de la corona, hay pilotos que ganan campeonatos de Fórmula Uno y no ganan Mónaco. Será muy difícil que México vuelva a tener un piloto en esos niveles”, señaló.

Para quien ve a su hijo correr a más de 300 kilómetros por hora los nervios son relativos, pero si de sufrir se trata, la última edición del Gran Premio de México se lleva el primer lugar del podio. “Una carrera muy especial donde sí me sentía un poco mal, fue el Gran Premio de México pasado. Yo sabía que si Checo intentaba rebasar a Hamilton a lo mejor no lo iba a conseguir, ya estaba él en tercer lugar, ya era lo mismo eso y el segundo, pero perder ese podio, que era histórico, habría sido difícil. Yo veía a Checo, la historia que tenía con Hamilton, no era momento de atacar cuando él ya había asegurado el podio, y cuando lo logra, fue como un volcán”, confesó.

Checo marcó su estilo desde muy joven; antes de las grandes victorias en la máxima categoría, hubo otras igualmente valoradas. “El triunfo de Checo en la Fórmula 3 en Monza, en el 2008, es una de sus mejores carreras. La Fórmula 3 es una categoría donde los niños están descerebrados, solamente tienen en la mente llegar a la Fórmula Uno, manejan muy bravo. Y ganar Monza, arrancando en el lugar 13, bajo la lluvia, sólo Checo Pérez lo ha hecho. Niki Lauda, uno de los pilotos más importantes en la historia de Fórmula Uno, le dijo Checo, me quito el sombrero ante ti”, recordó.

La familia, un pilar para Checo Pérez

Lejos de las pistas, Checo Pérez es un hombre tranquilo, dedicado a su familia, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesita a través de su fundación. A sus 32 años ha encontrado la madurez.

“Es un buen chavo, es una copia fotostática de su mamá, muy centrado, muy ubicado, es el estilo de su mamá, Toño y Paola son más mi estilo, Checo es un gran ser humano, muy humanitario, un padre de familia, un hombre que los domingos está en misa, su mejor amigo es el padre Oriol de Guadalajara, con el que platica, se confiesa y lo ha motivado y lo ha inspirado mucho para el bien. Está al pendiente de toda su familia. Ama a sus sobrinos, a sus hijos, lo demás no existe”, confiesa su padre.

“Checo ha tenido un complemento no sólo en lo deportivo, sino que tiene un nuevo plus al ser papá. La relación con sus hijos, el hecho de tener una mujer maravillosa, que lo comprenda, que lo entienda, no es fácil el mundo del automovilismo, es muy complicado. El matrimonio le ayudó muchísimo, después de vivir todas sus soledades, sus crisis”, agregó.

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