Galería de arte en Finlandia presenta primera escultura de Brad Pitt

El pasado mes de julio, Brad Pitt se confesaba ante la escritora Ottessa Moshfegh (Mi año de descanso y relajación, Alfaguara, 2018) en el número de julio de la revista masculina GQ. La más sorprendente de todas sus declaraciones, y la que llevó a que protagonizase titulares alrededor del mundo, fue aquella en la que el actor, de 58 añós, decía que sentía que estaba llegando al final de su carrera: “De un tiempo a esta parte, me veo ya en mi última etapa. ¿Cómo va a ser esta nueva fase? ¿Cómo voy a planteármela?”, expresó. Sin embargo, y como se dejaba entrever en la conversación entre Pitt y Moshfegh, el intérprete parecía referirse únicamente a su etapa delante de las cámaras, lo que después de una carrera de más de 30 intensos años, le abría un sinfín de posibilidades. Entre sus grandes intereses confesaba tres: la producción (Plan B Entertainment, su productora, centrada en adaptar novelas a la gran y la pequeña pantalla, está detrás de la película Blonde deAndrew Dominik o de las series El ferrocarril subterráneo y Americanah), la música (Pitt comenzó a tocar la guitarra durante el confinamiento) y, sobre todo, la escultura.

Tan solo dos meses más tarde de aquella entrevista, en la que Pitt mostró algunas de sus recientes creaciones a la escritora, acaba de debutar como escultor en Sara Hildén Art Museum, en la ciudad finlandesa de Támpere. Pitt no estaba solo: el intérprete reveló sus creaciones como parte de una exposición más grande del artista de escultura figurativa británico Thomas Houseago, que también incluye una serie de cerámicas del cantante australiano Nick Cave. Este lunes 19 de septiembre, los tres aparecieron para sorpresa de los medios en la galería de arte finlandensa.

En total, Pitt ha presentado nueve piezas. Algunas de ellas se describían en el medio especializado The Art Newspaper: “Entre las nueve obras expuestas se encuentra una estructura en forma de casa moldeada en silicona transparente y disparada a balazos, y su primera escultura, House A Go Go, del año2017; una casa en miniatura de 46 centímetros de altura hecha de corteza de árbol, toscamente unidos con cinta adhesiva”. Entre las piezas más grandes, el artista ha presentado un ataúd de bronce con manos, pies y rostros que intentan atravesar sus paredes, así como una escultura de yeso que cuelga de la pared y que representa un tiroteo entre ocho figuras.

“Para mí se trata de autorreflexión. Se trata de dónde me equivoqué en mis relaciones, dónde soy cómplice”, reconoció Pitt durante la inauguración. “Para mí, nació de la propiedad de lo que yo llamo un inventario radical de uno mismo, siendo realmente brutalmente honesto conmigo y teniendo en cuenta aquellos a los que pude haber lastimado y los momentos en los que me equivoqué”. Brad Pitt comenzó a trabajar en sus esculturas después del divorcio con la también actriz y directora Angelina Jolie, con quien tiene seis hijos en común y una batalla abierta por sus custodias desde el año 2016. Ese mismo año, Pitt dejó de beber e inició un tratamiento en Alcohólicos Anónimos. Desde entonces, tal y como reconoció en la entrevista en GQ, ha entrado en una etapa más reflexiva e introspectiva, donde ha buscado la tranquilidad y la vida alejada de los focos.

Tanto es así, que ni siquiera a su debut como escultor se le dio un trato preferencial, y su llegada a la ciudad de Támpere fue un secreto hasta el día de la inauguración: “En ese sentido, esto es emocionante y maravilloso”, confesó la curadora de la exhibición, Sarianne Soikkonen, el día de la inauguración. Quizás Brad Pitt esté volviendo a los orígenes, cumpliendo el tipo de sueños que la fama y el éxito no le permitieron llevar a cabo: una vida pausada, alejada de los focos y dedicada al arte. Ya lo confesó en una entrevista para Rolling Stone en el año 1994: “No quiero que me conozcan. Yo no sé nada sobre mis actores favoritos, de otro modo se convertirían en celebridades”.

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